sábado, 17 de diciembre de 2011

Varanasi (III)

Otra nochecita con ruidos de perros ladrando y las campanas que empiezan a sonar antes de amanecer. Es signo que empieza un nuevo día y la gente se pone a trabajar. Hoy hemos desayunado en el Lotus Lounge, de Nutella!! sabores olvidados. Estos días hemos tenido más problemas estomacales, habremos bajado la guardia y esta ciudad ofrece todas las condiciones para pillar alguna bacteria maliciosa. Pero lo hemos sabido torear muy bien hasta ahora.

Hoy nos hemos propuesto comprar algunas cosas y pasar a la otra orilla del río. La verdad ir de compras aquí es como tirar la toalla, casi todas las tiendezuelas tienen los mismos productos, y de muy mala calidad. Nos hemos pateado medio barrio de bazares y callejuelas de dos metros de ancho, como siempre, llenas de polvo y mierda. Además aquí es normal orinar en las calles así, que es otro olorcito a añadir a la colección, a parte de ir sorteando riachuelos.

Hemos encontrado unas postales muy apropiadas y las hemos enviado, no sin antes tener dificultades para encontrar la oficina de correos. Hemos pasado por delante tres veces y no la hemos distinguido del resto de casuchas viejas y sucias. El personal trabaja a papel y lápiz, nada de avances tecnológicos. El sello se pega con pegamento.

Después de esto nos hemos dirijido a los ghats y hemos alquilado una barca para pasar al otro lado del río, donde había bastante gente bañándose. No es nada extraño, simplemente una zona alternativa, donde los comerciantes también fijan sus mantas para intentar venderles algo. La orilla es de arena y no hay ninguna construcción, montones de basura y la misma contaminación. Algún vejestorio esperando su turno, ya que muchos vienen sin nada a Varanasi a esperar su muerte. El remero parece un pobre hombre, como muchos aquí, y al ver un billete flotando no ha dudado en dar marcha atrás y recogerlo con discrección. Solo eran 10 rupias, 15 céntimos, pero para ellos es mucho.

Hemos vuelto a comer en el restaurante junto al hotel después de ir andando un rato, ver a los búfalos bañándose en el río con los cuervos sobre sus cabezas para limpiarles los ozicos. El dueños también los ha lavado un poco. Varanasi al ser ciudad sagrada no se puede vender alchol así, que aquí no hay cerveza, a pesar que en algunos restaurantes la ofrecen de contrabando.

Después de comer se erupta, es normal aquí. Nosotros queremos imitarles pero no podemos. En la sobremesa nos hemos quedado en el chillout viendo volar decenas de cometas en el cielo. Los niños aquí con pocos recursos se divierten haciendo la guerra en el aire entre ellos, o simplemente, haciendo piruetas. Es un espectáculo.

Más tarde hemos salido sin cámaras, para disfrutar de la última noche en India sin presión fotográfica. Hoy la sorpresa ha sido la luna llena, pero además con eclipse total de luna, con lo que ha atraido a muchos hindús a realizar el baño en el Ganga. Hemos cenado en el Dophins y hemos vuelto caminando por la orilla entre las multitudes de gente haciendo el ritual durante el eclipse.



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